Mucha gente admira los espectáculos de caballos, doma española, caballos de rejoneo, etc. sin saber la crueldad a la que generalmente -no siempre- son sometidos estos animales: serretas (pieza metálica que se utiliza precisamente en doma española para controlar al caballo, espuelas verderamente punzantes e hirientes, clavos para "enseñarles" a bailar al ritmo de la música -que ellos asocian indefectiblemente al dolor que sentían al oír en sus inicios la música al mismo tiempo que sentían las punzadas en sus patas delanteras y traseras-, etc).
El verdadero adiestramiento no debe nunca implicar dolor, y menos de estas dimensiones, sino que debe ser una educación llevada a cabo con mucha paciencia y dedicación.
Cada vez son más los domadores que están a favor de unos métodos de adiestramiento que no impliquen maltrato hacia el caballo, y es también cada vez mayor la búsqueda de nuevos métodos de entrenamiento que no supongan dolor ni sometimiento.
Todavía hay domadores, aunque afortunadamente cada vez son menos, que utilizan métodos de entrenamiento crueles, como fustas con descarga eléctrica, púas exageradas, y otras acciones como encerrar al caballo en su box con las riendas fuertemente ceñidas al cuerpo para acostumbrarle a adquirir la curvatura "deseada"; la utilización de una fina cuerda de nylon atada a ambos lados de la cincha o de la montura y pasando por delante del hocico del caballo, de modo que obligan a este a doblegarse para evitar serias heridas en su hocico, una de sus partes más sensibles, además de otros métodos igual de agresivos.
No podemos olvidarnos de los caballos de pica, que sufren embestidas, heridas e incluso la muerte, y todo esto tapados para evitar que se asusten. No hay derecho a que se trate así a estos bellos y nobles animales.
Todo esto es realizado por gente que no duda en autoproclamarse apasionada del mundo de los caballos; con amigos como estos, ¿quién quiere enemigos?